El Gobierno de MILEI puso en marcha una política de ajuste ortodoxo sobre la economía real. Un verdadero golpe al bolsillo del pueblo trabajador, la industria manufacturera y el comercio:

La devaluación del 100% de la moneda nacional y la reducción de subsidios al transporte va a acelerar la tasa de inflación, en especial la de los alimentos de la canasta básica.

Esta devaluación llevará el incremento de los precios de la canasta básica de alimentos en un 80%. La reducción de subsidios a la energía retraerá la actividad económica en general, perjudicando a la industria manufacturera y el comercio, principalmente las PYMES, que además tendrán incrementos en costos de importación de bienes intermedios y de capital.

La eliminación de la obra pública futura destruirá 250.000 puestos de trabajo directos y 200.000 indirectos.

La pulverización de la capacidad de compra del Salario Social Complementario percibido por 1.270.000 trabajadores de la economía popular.

Una verdadera política de shock sobre la economía real que va a deprimir el mercado interno. No es un ajuste a la casta política, es un ajuste que va a recaer sobre los sectores de la producción y el trabajo.

Nuevamente, los trabajadores y los más humildes pagarán los platos rotos de la fiesta de la deuda externa del FMI y los fondos buitres.

𝐏𝐄𝐑𝐎𝐍𝐈𝐒𝐌𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐒𝐎𝐁𝐄𝐑𝐀𝐍𝐈́𝐀